miércoles, 14 de abril de 2010
LUCES DE LA CIUDAD
Ficha técnica
Dirección: Charles Chaplin Producción: Charlie Chaplin (no acreditado)
Guión: Charlie Chaplin
Reparto: Charlie Chaplin, Virginia Cherrill, Florence Lee, Harry Myers Datos y cifras
País(es): Estados Unidos Año: 1931 Género: Comedia
Duración: 87 minutos
Compañías
Distribución: United Artists
Presupuesto: $1,500,000 (est.)
Una florista ciega toma por un hombre solvente al vagabundo que suele interpretar Charles Chaplin Éste, tiernamente enamorado, intenta conseguir a toda costa el dinero necesario para una operación que puede devolverle la vista. Para ello se presentará voluntario a un combate de boxeo, que ofrece como premio una sustanciosa cantidad de dinero.
"Comedia romántica en pantomima". Así definen sus títulos de crédito esta obra maestra del cine mudo. Estrenada en 1931, cuando el cine sonoro se había impuesto comercialmente, lo cierto es que Charles Chaplin empezó el rodaje en 1928, antes del estreno de El cantor de jazz, el primer film hablado. La producción se retrasó principalmente por las consecuencias económicas del crack del 29, pero también porque Chaplin no estaba seguro de que la actriz principal, la desconocida Virginia Cherrill, fuera la más indicada para interpretar a la florista. Descontento por la forma en que ofrecía las flores, tras repetir la toma centenares de veces, la despidió y la sustituyó por otra intérprete. Finalmente volvió a contratarla, a pesar de que la actriz aprovechó la coyuntura para pedir más dinero.
Además, Chaplin tardó en resolver el problema principal que planteaba la trama: ¿cómo podría entender el público de modo sencillo que la florista confundiera al vagabundo con un hombre rico sin utilizar diálogos? La solución es un claro síntoma del ilimitado ingenio del cineasta: el sonido de un coche al cerrarse. Cuando lo escucha, la invidente distingue a sus posibles clientes, pues sólo los que se pueden permitir pequeños lujos tenían coche en aquella época. Por un cúmulo de casualidades, la primera vez que se conocen, Chaplin sale de un vehículo.
Al igual que en otros de los grandes trabajos de Chaplin, la grandeza de este título reside en el sello personal del director: su inigualable mezcla entre drama y comedia. La historia de amor resulta especialmente emotiva y describe a las clases desfavorecidas de la época. Al mismo tiempo, algunas subtramas son hilarantes; especialmente los encuentros del vagabundo con un millonario borracho, que le toma como su mejor amigo e incluso se lo lleva a pernoctar a su mansion, pero que cuando se le pasan los efectos del alcohol no se acuerda de él. Para guardar el delicado equilibrio entre risas y lágrimas, Chaplin tuvo que renunciar a siete minutos iniciales de comedia desatada absolutamente geniales, pero que dificultaban enormemente que después el público pudiera conmoverse.
Curiosamente, la banda sonora, compuesta como es habitual por el propio Chaplin, calca por completo los famosos acordes de "La violetera", de los maestros Padilla y Montesinos. El cineasta tuvo que pagar a los autores españoles una gran cantidad de dinero tras un juicio por plagio.
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